Eran las once
Eran
las once
un manto oscuro,
revistió el
cielo
Eran
las once
cansada
se tendió en la cama.
Eran
las once
gemidos confusos
en su
garganta
hasta
quedar sin voz.
Eran
las once
toda ella
se entregó
a las sombras
seducida
por el sueño infinito.
Las
once
fueron para siempre
noches insomnes para
ellos.