lunes, 30 de enero de 2012

Poemas de Marité


Cristales



En todas las edades del tiempo
                                           anochece.
El meridiano
                 trasciende lo fatal del mundo.
Llegará el momento
                 en que los cristales
se tornen transparentes
y los sentidos veraces recomiencen.
Miraremos con ojos que saben
derrotar la apatía.
Iluminaremos
                      el renacer del mundo.




El edén






El edén
gira entre campos de lirios.
El sol enarbola una bandera,
sus destellos calan el espíritu.
Me florecen madrigales
                             en el pecho.
Desecho hierbas grises.
Soy yo
en ese, único, instante.

Mi paraíso
se amplía.
Diminutas rocas me circundan.
El tiempo se convierte
                        en matas verdes.
Falta que el amor
se vislumbre.

Aguardo
     ese jardín de carmines rosas.






La pasión



En las cavernas del alma
hay un fuego
                     que arrasa.

Puedes elegir:

Que la pasión
               te destruya
                     o te fortifique.
Que esa energía niegue
               o reafirme tu voluntad.





Tarde luminosa





Una tarde luminosa,
        -en ese camino empedrado-
                                  se encontraron.

Él murmuraba. Ella reía.
Cruzaron la vereda.
Atravesaron el pórtico.
La habitación y el mundo
                       se esfumaron.

Paso a paso
descubrieron sus cuerpos,
la muerte y resurrección
                       en un instante.

Después,
la sensación   quedó tatuada
                                en el alma.
Ya no eran los mismos
              en el crepúsculo.



La poesía





Busco la poesía en lo profundo.
En los crepúsculos
             y en las ventanas
                   donde se cuela la luna.
Escarbo los escombros
                 para descubrir
                          nuevos cimientos.
De ellos surgen
                      soles inéditos.



miércoles, 18 de enero de 2012

Poemario: Las máscaras


Trazos

Una boca   entreabierta,
Una nariz que se niega al olfato.
El caos rasga el pensamiento
Lo deja mudo.
Desparrama los sentidos
y  pregunto:
si soy sólo esta cara
que no responde a nada.


Luz extraviada

Las cintas son adhesivas huellas
en el  rostro
los gestos
la frente tiesa
los ojos ya no quieren  mirar

Entre mandíbulas
habita el grito.


Máscara azabache

Transpuso el muro
la impotencia dejó secuelas:
perforó los ojos,
gritó.
Nadie lo escucho.


Una voz al borde

la luz
se  refleja a su alrededor
pero ella no cree en ese brillo



Furia amarilla

Cabellos elevados
hacia el puño del trueno.
los ojos con las persianas bajas
la boca
con la palabra encajada
entre los dientes.

El afuera y el adentro
en un tira y afloje
como todo en la vida.



El Final

Logra desgarrar la tela
          los músculos
          y el color de la piel
          se han transformado.

Ellos saben
donde queda  la oscuridad.

Después del desgarro:
                                  la libertad.